Las preguntas inadecuadas en una entrevista de trabajo

Enfrentarse a una entrevista de trabajo no debería ser una mala experiencia. Se trata de una conversación que debe servir para que la empresa evalúe las capacidades de la persona que aspira al puesto, así como su capacidad de adaptación al sistema de trabajo establecido; mientras que para la persona entrevistada supone también una evaluación de la empresa para que pueda determinar si el trabajo ofrecido es de su interés. Por tanto hay preguntas que no deberían hacerse ni contestar, ya que pueden vulnerar el derecho a la intimidad o a la igualdad.

 La Constitución Española establece el derecho a la igualdad sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social. Esto es lo que marca los límites entre la legalidad o ilegalidad en lo que se pregunta en una entrevista de trabajo.

 Estas son algunas de las preguntas que no deben hacerse en una entrevista:

  • Edad: Si la edad no aparece en el currículum o la persona candidata no la menciona, no debe preguntarse, ya que seleccionar a la plantilla por la edad puede ser discriminatorio, si no supone un hecho diferencial clave en las tareas a realizar.

  • Nacionalidad: Preguntas como ¿Dónde nació? ¿Dónde nacieron sus padres? no deben hacerse, puesto que la nacionalidad propia o de los progenitores no puede ser un motivo por el que se seleccione a una persona para ocupar un puesto de trabajo, ya que esa información no da ninguna información relevante sobre la capacidad de quien aspira a entrar en la empresa.

  • Sexo: El sexo de la persona candidata es evidente en una entrevista personal, pero son inadmisibles preguntas sobre la vida sexual de los aspirantes. Preguntas como ¿Con qué frecuencia tiene relaciones sexuales? 0 ¿Su vida sexual es satisfactoria? son claramente lesivas del derecho a la intimidad personal.

  • Salud: Si se padece alguna enfermedad, dolencia o discapacidad no existe ninguna obligación de ponerla en conocimiento de quien entrevista, ni esta persona tiene derecho a preguntar. Si quien opta al puesto de trabajo es de interés para la empresa , esta puede hacerle un reconocimiento médico antes de la contratación. Ese es el momento de exponer los problemas de salud que se puedan tener, ante personal médico, nunca ante personal de recursos humanos.

  • Estado civil o situación familiar: Ninguna entrevista de trabajo debería abordar cuestiones relativas a la situación personal o familiar, ya que no son relevantes en lo que a capacidad profesional se refiere. Si la persona candidata es soltera, casada, divorciada, si se tienen hijos, si existe el proyecto de tenerlos, si se cuenta con una niñera o no, etc. Son cuestiones que no aportan ninguna luz sobre la competencia profesional.

  • Otras cuestiones personales: Hay muchas cuestiones que afectan a la esfera personal: aspecto físico, creencias políticas o religiosas, sobre aficiones o a qué se dedica el tiempo de ocio que tampoco deben hacerse ni contestarse.

Si una persona que opta a un puesto de trabajo se encuentra con una de estas preguntas y no se quiere responder, lo mejor es dejar claro de forma educada que la pregunta está fuera de lugar porque su respuesta no valora la capacidad laboral. Si la empresa merece la pena, no hará preguntas que atenten al derecho a la intimidad o a la igualdad.

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